Con el primer día de la siempre durísima vuelta a la rutina (casi) superado, pero con la cabeza todavía en Berlín, no tengo más remedio que sonreir para dentro cada vez que pienso en la enriquecedora experiencia vivida hace un par de días: el concierto de Kitty, Daisy & Lewis en el Roadrunner's Rock & Motor Club de Berlín.
Casi 45 minutos de cola -con la incertidumbre de si podríamos entrar-, ya que nos presentamos en el club ubicado en el interior de una especie de fábrica con edificios separados en módulos, sin entradas, y tenían prioridad los socios... 45 minutos, eso sí, que a la postre bien merecieron la pena, ya que estuvieron amenizados por un desfile contínuo de moteros, auténticos rockabillys, y chicas con vestidos de volantes e impecables peinados 40's y 50's. Los hermanos Durham tambien pasaron muy cerca, birra en mano, cortejados por sus padres (Ingrid -contrabajo-, y Graeme -guitarra acústica-) y el veterano jamaicano Eddy "Tan Tan" Thornton -trompeta-.
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